No es sino el verde el color de la envidia.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Espíritus marinos.

Que es muy corta la vida.
Que el pasado sustituye, lentamente,
lo que esperamos que venga. 
Nos habituamos a él, en simbiosis. 

El pasado, esa capota vieja.
Allende de la vida, la memoria. 
Y como si de resucitar se tratase, 
imaginar que me entrego para siempre. 

El futuro, ese microscopio apagado, 
lleno de resina y suciedades, 
cada vez más falso y menos amarillo. 
Una sonrisa con periodontitis, asquerosa. 

Imaginar el amanecer sobre los dorados de Klimt. 
Quizás todo se resuma a eso. 
Imaginemos, al menos.

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