No es sino el verde el color de la envidia.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Entonces no.

No me escuches cuando sientas que mi piel reacciona.
No me toques si tienes la certeza de las lágrimas
que me trago me están ahogando.
No me mires si notas que mis ojos están vacíos
y no ves nada detrás de mi pupila.

No me ames entonces.
Pues habré perdido la humanidad que me queda,
habre decidido dejar de ser, para no ser.

No beses entonces.
Pues no encontrarás tu sueño en mí.
Estaré muerto.

2 comentarios:

  1. Buscar los sueños propios en los otros... hummmm, craso error, los sueños tienen que seguir siendo nuestros, únicos y, a ser posibles, secretos.

    Qué razón tienes Jorge. Y qué bien suenan estos nuevos poemas.

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  2. Qué razón Isa, secretos ante todo.
    Te gusta este poema? estoy preparando el nuevo poemario, es mucho más yo que el anterior. Se que te va a encantar ^^

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