"El hombre es la medida de todas las cosas" Protágoras.
Hoy es como si hubiese muerto cuatro
veces.
Una por cada vez que he completado mi
metamorfosis.
Hoy es como si hubiese comprendido que yo soy.
He aceptado cuatro veces la nueva forma,
el nuevo estado.
Hoy es como si aceptara el último de
ellos con gratitud.
Entre todas las pieles he resucitado
–también hoy.
También cuatro veces he bailado sobre la
materia y sus transiciones de fase.
No es probable que sienta que he puesto
el punto y final a mi libro,
ya que, sinceramente, me gustaría no
tener que hacerlo.
Sí, me he mirado al espejo y he amado
mis arrugas,
me he enamorado de mi piel flácida, de
mi pelo blanquísimo, bueno, casi pelo…
Hoy me he sentido orgulloso de tanto
defecto –aunque no de fabricación.
Hoy es como si hubiese vuelto a morir y
me hubiese reconstruido
a partir de mi cadáver
purulento-lento-torpe-perdonado-dormido.
La vida es, al fin y al cabo,
adaptación.