Puede no ser más que una idea desesperada.
Y eso de sumergirse en el terror sintético
De tus labios decadentes y estúpidos
Está pasando un poco a la historia.
No me apetece contar pétalos secos
Ni recoger granos de arroz del suelo encharcado
Porque lloras por vicio y por reputación.
Yo lloró porque no puedo hacerte cambiar.