No es sino el verde el color de la envidia.

domingo, 10 de abril de 2011

Terminamos.


Deglute costilla por costilla.
Y una vez abierto su agujero
Debe coserse muy bien y con cariño
Para que cicatrice y cierre.
Pero siempre derrama petróleo
Y escupe cuajarones blancos
De lo que pudo ser y no fue.
Y es que si introduces la llave
Ya no hay retorno…

Siempre mendiga migajas
Hígado y sangre.
Y siempre perfunde de lágrimas
Escleras amarillas…

Casi siempre necesita silencio.
También vómitos crujientes…

Finalmente decide cicatrizar, tal vez cerrarse o perderse…

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